Yo, Petrarca

Adrián Gismero y Francisco Cruz, 1ºBACH HCS
Amanezco un nuevo día en Provenza localidad de Italia. Me levanto de mi largo sueño  y me preparo para pasar el día, me aseo, preparo mi almuerzo y ya estaría listo para continuar una de las obras que tengo pendiente, esta trata sobre mi querido amor, Laura aunque mi amor no es correspondido y debo recurrir a mis satisfacciones con damas de compañía.
Más tarde me encontré con mi gran amigo Giacomo Colonna que me ayudó a entrar unos meses atrás al servicio del cardenal Giovanni Colonna y me informo de que ahora podría realizar mis viajes y dedicarme a la literatura que es lo que realmente deseaba. Para celebrarlo fuimos a nuestro mesón de confianza y nos tomamos  unas botellas del mejor vino. Por lo tanto el almuerzo que preparé no me sirvió para nada ya que cuando quise llegar a mi hogar ya había pasado la hora de comer.
Al darme esta noticia me sentí pletórico de poder dedicarme realmente a lo que me gusta que es viajar y conocer otras obras literarias más antiguas y así llenarme de ideas para mis obras. Aunque no se si podré hacerlo ya que mi amor por Laura es demasiado fuerte. Pero bueno, siempre podría recurrir a alguna que otra bella dama que me encuentre por el camino, no será mi amada  pero al menos hará que su ausencia me resulte más tolerable.

Hace años estuve a punto de graduarme en leyes, por suerte que no lo hice, porque si lo hubiera conseguido no tendría  la oportunidad de haber logrado mi sueño, incluso puede que nunca hubiese sabido cuál era mi verdadera vocación. Todavía recuerdo cuando se mofaban de mi por no haberme graduado pero como yo ya sabía: Quien ríe último ríe mejor. Ahora mis compañeros no experimentan la misma pasión que yo, al realizar su cometido.
Más tarde, cuando cayó el sol, tras horas de escritura sigo alargando mi obra Cancionero en la que expreso mi amor a Laura. Este es el día de Petrarca aunque hoy ha sido un día inusual ya que me han ocurrido muchas de cosas. Normalmente mis días no son tan productivos y suelen ser más aburridos: escribo mis obras, admiro a Laura y después me desahogo en damas de compañía.
Ahora me dispongo a acondicionar mis aposentos para que a mi regreso de la cena no tenga que perder más tiempo y mi descanso sea más efectivo, le rezaré al señor para que continúe bendiciendo mi fortuna y pensaré en más ideas para mis obras.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi mito favorito; mito chama sobre el día y la noche

Mi mito favorito: La fundación de Atenas