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Mostrando entradas de noviembre, 2018

Yo, Trovador

Ariadna Díaz Rodríguez y Lucía Sánchez Calvo. 1 bachillerato B Me encontraba sentado debajo de un árbol al lado del jardín del palacio real, entre el sonido de los pájaros cantando se escuchaba una dulce voz que iba a compás con los pájaros. Me levanté sorprendido, me subí al árbol para asomarme. Era una bella dama, de pelo rubio, tan rubio como el oro, se movía y mis ojos lo seguían. No había sentido nunca ese sentimiento tan bonito, como ella. Me dirigía hacía casa y mis pensamientos no se desviaban en otra cosa. Mientras hacía la comida recitaba un poema que siempre me recitaba mi padre cuando me hablaba de mi madre. Después de comer, mis impulsos hacía ella me hicieron ir a verla, pero claro, no podía ir a verla sin antes recitarle un poema. ‘’En tu mirada se forma, la rima de esta poesía; en tu mirada consigo, la musa para esta poesía; en tu mirada me pierdo, si tus ojos me desvías; en tu mirada me muero, si la miro y no me mira.’’ Justo cuando ter...

Yo, goliardo

CLAUDIA VEGA Y NEREA SANZ, 1ºBACH HCS Yo Goliardo, otro día que me levanto debajo de un puente, matando el tiempo de mi pobre vida, escuchando como pasan los elegantes carros de los señores. Y en este tiempo libre pensando que otro día de mi vida voy a tener que ir vagando   por las calles   cantando   para que a cambio, si tengo un poco de suerte, me den una limosna. En verdad ese dinero de qué me va a servir, siempre me lo acababo gastando en vino.   Solía ir a parar a las iglesias, a los monasterios, a las parroquias… ese estilo de sitios que sabía que por poco que fuera algo me darían.  Había veces que si tenía tanta suerte me daban alojamiento en algún hospital o ermita para descansar en la tranquilidad de la noche durante dos o tres días. Eso sí era suerte. Mi vida empezaba a ser un desperdicio ya que pasaba la mitad de mi vida en las tabernas, bebiendo y malgastando mi tiempo, eso sí, solo me lo podía permitir si ese día gracias a mis cantos habí...

Mi mito favorito; mito chama sobre el día y la noche

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En las grandes tierras de Perú, habitaba la tribu de los chamas. Los chamas solían contar leyendas y mitos a aquellos habitantes de la tribu. Una de las leyendas que contó fue “la leyenda del día y la noche”. Según los chamas, el dios Haby, tuvo dos hijos: Bari   (dios del sol) y Use (diosa de la luna). Bari era una chica joven, bella e inteligente. El siempre estaba alegre y era muy alborotadora y estaba llena de vida, siempre imparable y con sus graciosas (aunque no siempre) bromas. Como más disfrutaba era haciéndole bromas y travesuras a su hermana. Use era una chica frágil, sensible, muy pálida pero llena de belleza. Era una chica muy delicada pero ella era tan feliz como su hermano Bari. Un caluroso día de verano, donde el calor era insoportable, Use fue a bañarse a un lago de aguas relajantes. Al atardecer, Use se sentó a la orilla del lago donde estaba observando sin pausa su bello y delicado rostro, observando cada pequeño rasgo que le caracterizaba esa delicada y bo...

Mi mito favorito: Dríades y Oréades

María Cazón, 1ºBACH B. Las dríades eran ninfas o diosas que cuidaban de los boques y de los árboles; su nombre viene de drys que en griego significa roble. Las dríades son inmortales y viven desligadas  del árbol por ellas protegido, durante el día y  sobre todo por la noche forman alrededor de los troncos una ligera danza para protegerlos, estas ninfas pueden transportarse a árboles de su misma especie, por lo tanto hay una dríade para cada árbol(de los robles, de las hayas, de los pinos, etc…) También hay otro tipo de ninfas llamadas hama-dríades, estas viven incorporadas al árbol formando parte del tronco de este, con el nacen y muren estas ninfas; al cortar el tronco de un árbol muere esta ninfa. Estas diosas pueden adoptar forma humanoide y a la hora de coger un fruto de estas habría que pedirles permiso para poder coger la fruta. Al no ser inmortales las dríades protegen a las hama-dríades. Este mito romano sobre las dríades y las hama-dríades fue inventado pa...