Mi mito favorito: Tamuz y las estaciones

Áurea Rubio. 1ºBACH HCS.

En la antigua Babilonia había una mito muy antiguo que explica el cambio de las estaciones.

Se cuenta que había un joven dios llamado Tamuz, que paseaba por los campos de cultivo y los bosques admirando la naturaleza y tocando la flauta. Se encargaba de proteger a los pastores y a sus rebaños, y a mantener fértil a la tierra y a los humanos.

También había una diosa muy importante, llamada Ishtar, ella era muy importante para los pastores y para los futuros padres, ya que estos le pedían que tanto sus rebaños como sus hijos nacieran guapos y fuertes. Ishtar se fijó un día en el joven Tamuz y se enamoró, le parecía el joven más hermoso, Ishtar hizo todo lo posible para acercarse a él, hasta que por fin se casaron.

En uno de los paseos que realizaba Tamuz por el bosque, se le apareció un feroz jabalí que se abalanzó sobre él. Tamuz era un dios pero no de los más altos en importancia, lo que quería decir que no era poderoso, tenía las mismas características que un humano, y podía ser alcanzado por la muerte. Tamuz sintió como se oscurecía la luz del Sol y como era llamado por el reino de las sombras, en las entrañas de la tierra.

De repente un velo gris apareció escondiendo la luz del Sol y difundiendo una profunda tristeza. La naturaleza se encogió de dolor, las plantas ya no daban frutos, los ríos disminuyeron sus caudales, en los lagos y lagunas ya no nacían peces, las viñas ya no daban vino, incluso en los palacios de los reyes ya no se oían canciones.

Pero Ishtar fue la que más sufrió, sentía mucho dolor en su interior y no se imaginaba su vida inmortal sin su marido, se sentía inútil sin él, entonces decidió ir a buscarlo al reino de las sombras, llamado Aralu, la morada de los muertos.

Cuando Ishtar bajó al reino de los muertos, se encontró con la puerta cerrada y el guardián le negó la entrada, pero Ishtar insistió y presa de la desesperación, gritó:

-¡Abre guardián, de lo contrario liberaré a los muertos y los conduciré conmigo sobre la tierra para que devoren a los vivos!

El guardián asustado corrió hasta la Reina de los infiernos, esta que conocía el poder de Ishtar, permitió su entrada pero con la condición de que cada vez que cruzara una de las siete puertas del reino se debía despojar de uno de sus ornamentos. Ishtar no tuvo dudas en aceptar, pero cuando llegó hasta la Reina de los infiernos, solo llevaba una camisa y se sintió humillada ya que se dio cuenta que sus ornamentos eran los que le daban poder, la reina de los infiernos sin la menor generosidad comenzó a burlarse de ella y ordenó que la encarcelaran.

Mientras que esto pasaba en Aralu, en la tierra las plantas se marchitaron y dejaron de nacer hombres y animales. Los dioses al ver esto se preocuparon y acudieron a Ea, el dios de la creación, este obligó a la diosa de los muertos a que liberase a Ishtar.

Cuando Ishtar fue liberada se sintió la más fuerte y exigió irse junto con su marido, la reina de los muertos se vio obligada a rociar a Tamuz con el agua de la vida, mágicamente las siete puertas se abrieron e Ishtar pudo recoger sus pertenencias.

Cuando llegaron a la tierra volvió a salir el Sol y todo volvió a la normalidad, pero con el paso del tiempo Ishtar se dio cuenta de que Tamuz era llamado por las tinieblas una vez al año como si una maléfica atracción hacia ellas le llamase e Isthar debía seguirlo y liberarlo. Cuando Tamuz e Ishtar descendían al reino de las tinieblas la tierra se envolvía en un sueño invernal y cuando estaban en la tierra el Sol salía.

He elegido este mito porque me ha parecido muy bonito y creo que tiene muchas cosas en común con la película La princesa Mononoke (Estudio Ghimli, 1997) en la que  la primer escena el príncipe Asitaka es atacado por el jabalí con lo que queda maldito. Otra escena que destacaría y que comparten es el velo gris. En la película, al cortarle la cabeza al Espíritu del Bosque, todo se cubre de un lodo negro que acaba con la vida, de forma muy parecida a lo que pasa en el mito de Tamuz.